sábado, 6 de octubre de 2012

Rosquillas y poesía

Ya ha pasado la primera semana de Octubre, y qué intensa. Apenas he tenido tiempo de preparar nada, pero, con la ayuda de la familia, pronto se monta una cadena de montaje (uno a la masa, otro a la sartén y la última al azúcar) y en 30 minutos tenemos unas deliciosas rosquillas fritas caseras.


Tengo que decir que esta receta es de Su de Webos Fritos, así que, con su permiso, se la cojo prestada.
Como ya dije, es facilísima de preparar, el único engorro es la fritura, pero una vez le pillas el truco, la cosa va rodada... nunca mejor dicho! También tengo que decir que para esta receta necesitaremos una "buñuelera" o "candil" para darle forma a las frituras. Consiste en un utensilio de metal que tiene una base en forma de rosquilla y un agujero en el medio, y un asa de metal. No os asustéis ni dejéis de hacer estas roquillas por el instrumento porque podéis comprarlo en muchas ferreterías o tiendas de menaje por unos 3 euros.


La cuestión es que hay miles de recetas de rosquillas pero estas "de candil" son especialmente ricas porque no son tan duras como otras y tienen un sabor parecido a los buñuelos.

No quería dejar de comentar que esta semana, a pesar de la intensidad de trabajo, también he tenido tiempo para acudir a la presentación de un libro de poemas muy especial: el de mi amigo Xesús: "Viaxe sen cancelas". Sé que él y Jose son mis más fieles seguidores, así que esta receta va por vosotros, ya que...
Digo amigo
e na boca nácenme mil rosas...

Ingredientes:

100 ml de aceite de girasol + el aceite necesario para freír
100 ml de leche
100 ml de anís
1 sobre de levadura
ralladura de un limón (1 trozo grande para aromatizar y ralladura fina para la masa)
350 grs de harina
4 huevos
200 grs de azúcar

Calentamos los 100 ml de aceite con un trozo de la ralladura del limón, para aromatizar. Colamos la ralladura, y dejamos enfriar.

En un bol mezclamos harina y levadura.
En otro bol grande batimos los huevos con el azúcar, y vamos añadiendo la leche, el anís, la ralladura fina del limón y el aceite que hemos aromatizado. Finalmente incorporamos la harina con levadura y batimos muy bien. Ya tenemos la masa lista.

Ahora viene el momento de la fritura. Ponemos la buñolera a calentar en un cazo hondo con aceite de girasol. Una vez caliente, sacamos el molde del aceite y lo rellenamos con la masa con ayuda de un cucharón, e introducimos en el cazo hasta el fondo. Mantenemos ahí hasta que las rosquillas se despeguen solas del molde pero hay que tener cuidado de que no se quemen. Así que les damos la vuelta. Sacamos y escurrimos. Finalmente las pasamos por azúcar.

No os preocupéis si las primeras no os salen bien, pero como os dije, es cuestión de ir cogiendo el truco. Lo mejor es ir friéndolas de una en una... y así hasta alcanzar la rosquilla perfecta. ;-)